Hogar del milagroso Cristo del mismo nombre, aparecido en el estado de Morelos en el siglo XVII. En un tiempo no determinado fue traído a la Ciudad de México para reparar algunos daños. Según la historia oral, en el trayecto en un descanso de los fieles que lo transportaban, por diversas circunstancias ya no pudieron moverlo del lugar. Por ese motivo en especial se quedó a morar en el pueblo de San Pedro Atocpan, donde tuvo su primer hogar en la iglesia de  San Martín o Yencuictlalpan.

En años recientes, en 1966 se colocó la primera piedra para construir este hermoso santuario, orgullo de la comunidad.

BIBLIOGRAFIA

Luis Gutiérrez Romero.  ”Mayordomía del milagroso cristo de Yencuictlalpan”. En Crisol Mágico del Sur, 2014, núm. 10, pags. 3 - 6.

La iglesia dedicada a San Martín Caballero, en realidad es una capilla que formaba parte del conjunto de edificios religiosos de los franciscanos en el pueblo de San Pedro Atocpan. La capilla fue construida a finales del XVI, pues la fachada principal, todavía mantiene elementos artísticos y culturales de los artesanos y canteros del México Prehispánico.

Como dato curioso, la capilla de San Martín tiene una orientación diferente a la que tienen las iglesias católicas, en donde su altar siempre esta orientado hacia el levante; mientras que dicha capilla presenta una alineación hacia el poniente.

Las funciones de dicha capilla, con forme el tiempo se fueron haciendo cada vez más relevantes, pues dicho inmueble paso de ser sólo parte del recorrido del viacrucis, a ser un espacio muy visitado, debido a que la capilla fue donde se resguardo la imagen del cristo del señor de las misericordias, dándole una notable relevancia desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

BIBLIOGRAFIA

Carlos González Cabello.  ”Investigación sobre el patrimonio de San pedro Atocpan”.

La conquista espiritual de la región de Xochimilco y las Milpas Altas, se realizó a partir de 1528 por la orden de frailes franciscanos, quienes fueron encargados de llevar a cabo dicha misión. Paralelamente al novedoso proceso evangelizador de ese tiempo, se dio inicio la edificación del grandioso templo de San Pedro Apóstol, ya entrado el siglo XVI (por el año de 1570) aprovechando la abundante mano indígena de la región.

La monumental obra duro casi cien años, por lo que en ella se mezclaron diversos estilos arquitectónicos. La fase final de la conclusión data de 1669, pero la inauguración oficial se realizó el 26 de agosto de 1680.

 BIBLIOGRAFIA

1. Luis Gutiérrez Romero.  ”Orígenes del ex convento de San Pedro Atocpan”. En Crisol Mágico del Sur, 2012, núm. 6, pag. 14 y15.

La Guadalupita, como le dicen los oriundos a este inmueble religioso, fue la última capilla construida en este pueblo, pues fue erigida durante la segunda mitad del siglo XIX.

Dicha capilla respondió a la construcción de los nuevos cementerios durante el siglo diecinueve, pues debido al severo problema de las epidemias que habían asolado a la nación. Como una respuesta, después de la Guerra de Reforma, como parte de las nuevas leyes se ordenó la construcción de los cementerios a las orillas de los pueblos. Por lo que dicho nuevo cementerio, estuvo acompañado de una nueva capilla dedicada a la virgen de Guadalupe, la cual se encargaría de ser la intercesora para las personas que acaban de fallecer.

BIBLIOGRAFÍA

Carlos González Cabello.  ”Investigación sobre el patrimonio de San pedro Atocpan”.

La capilla de San Francisco de Asís formó parte de un conjunto de cuatro capillas que se encontraban en las esquinas de los límites del convento franciscano de San Pedro Apóstol en Atocpan.

Dichas capillas eran la de San Francisco, San Martín, San Diego y la Santa Cruz, las cuales formaban un rectángulo entorno a la iglesia principal y a la vez fungían como capillas procesionales durante el viacrucis en la semana santa. Desafortunadamente, salvo la de San Francisco, el resto de las capillas se vinieron abajo o fueron derrumbadas en años posteriores.

La capilla de San Francisco se remonta al siglo XVI, pues su construcción se asemeja a una capilla abierta, en donde se llevó la evangelización de muchos naturales y al aire libre.

Dicha capilla en su acceso cuenta con un arco de medio punto, el cual se encuentra ornamentado en piedra con grabados del arte indocristiano, en donde los nativos canteros plasmaron flores de cuatro y  ocho pétalos. De la base al punto más álgido se tienen 10 recuadros de cada lado, y en el recuadro 21, que es el lugar de la piedra clave, se encuentra un San Francisco, mismo que se encuentra de rodillas, y lleva en una mano un crucifijo y en la otra un mazo. Símbolo iconográfico que, en la vida de San Francisco, nos recuerda sus primeros llamados a la religión, en donde “Cristo le pidió construyera su casa” y entonces él se convirtió en un constructor, metáfora que después será entendida por el santo de Asís.

Martillo que, en el contexto de la evangelización del Nuevo Mundo, se puede entender como un San Francisco constructor de una nueva orden religiosa, como fueron los franciscanos, congregación religiosa que fue clave en el adoctrinamiento de los nativos de la Nueva España.

Lo interesante del arco portada, es que la misma figura del fraile que se encuentra en la piedra clave, también se puede observar, de cada lado, justo al inicio de las bases del arco, aunque en un trabajo menos detallado. Desafortunadamente estos grabados en piedra se encuentran muy erosionados, y además están dañados, pues vecinos de la capilla recientemente intentaron pintar los recuadros con una pintura comercial.

Mientras que en la parte superior derecha e izquierda de la capilla se encuentran dos hornacinas, los cuales seguramente albergaron esculturas alusivas a santos de la orden franciscana. Y actualmente en dichos huecos están dos ángeles, uno en cada lado.

 Elaboró Mtro. Carlos Alberto González Cabello